HP Lovecraft
Jesús Guerra
Si
les gusta la literatura de terror sobrenatural, la literatura fantástica, la
ciencia-ficción, el misterio, o mejor aún, la mezcla de todo lo anterior y no
han leído nunca al norteamericano H.P. Lovecraft, tienen que leerlo de
inmediato, incluso si después de leerlo concluyen que su obra no les parece
maravillosa (aunque lo más probable es que se conviertan en sus fans),
porque su influencia en la literatura de terror de nuestro tiempo es tan
importante que es un autor básico, como Edgar Allan Poe, o como Bram Stoker,
por poner dos ejemplos.
Lovecraft
era un hombre extraño, tenía un estilo igualmente extraño, y su obra es
bastante rara. Por supuesto, como cualquier autor conocido, tiene sus
detractores y sus seguidores, pero es indudable que su obra ha ido gananado
lectores a un ritmo vertiginoso con el paso del tiempo, y que su impacto en la
literatura de terror posiblemente nadie, en su momento, la pudo haber previsto.
Firmaba
como HP Lovecraft, su nombre completo era Howard Phillips Lovecraft. Nació el
20 de agosto de 1890 y murió el 15 de marzo de 1937. Nació y murió en la ciudad
de Providence, capital del estado más pequeño de los Estados Unidos: Rhode
Island. Nació en una familia que tenía un cierto nivel económico, pero con el
tiempo el dinero se fue perdiendo y el estatus de la familia descendió. Fue un
niño enfermizo, que por fortuna leía mucho así que ya desde joven era un hombre
culto. Estaba interesado en la ciencia, sobre todo en la Astronomía. Su padre
murió cuando Howard tenía 8 años, pero había estado encerrado en un hospital
psiquiátrico desde que Howard tenía 3 años. Vivía con su madre, dos tías y su
abuelo, el cual murió cuando Howard tenía 14 años. Su madre, que al parecer
tampoco era mentalmente muy sana, era muy clasista: cuando era pequeño le decía
que no debía jugar con niños de clase inferior. Se trataba, en parte, de un
clasismo y también de un racismo que era «normal» en esa época, y que influiría
mucho en la ideología del futuro autor.
Desde
los 17 o 18 años hasta los 23, aproximadamente, se dedicó sobre todo a escribir
poesía. Más tarde entró a una asociación de escritores amateurs que lo
ayudó a salir de la reclusión en la que vivía. A los 33 años publicó su primer
cuento pagado, en la famosa revista Weird Tales. Al poco tiempo de
publicar sus primeros cuentos, se comenzó a formar un red de admiradores,
escritores también, entre los que se encontraban Robert Bloch, Clark Ashton
Smith y Robert E. Howard. Luego se les unirían más. Curiosamente, a la mayoría
de ellos nunca los llegó a conocer personalmente, su relación era por
correspondencia. Lovecraft está considerado como un prolífico autor del género
epistolar, y según su biógrafo, Lovecraft escribió a lo largo de su vida
alrededor de 100 mil cartas.
La
madre de Lovecraft murió cuando el autor tenía 31 años, y por esas fechas el
dinero familiar escaseó más, así que tuvo que comenzar a trabajar como
corrector de textos, e incluso como «escritor fantasma» (así se denomina en
inglés a los escritores que escriben los libros que aparecen firmados por otras
personas). Tres años después se casó con Sonia Greene, una mujer ucraniana de
origen judío, siete años mayor que él, con la que se fue a vivir a Nueva York,
pero dos años después se separaron y luego de un tiempo Lovecraft regresó a su
ciudad natal. Su período más creativo fue de 1927 a 1933. Sus últimos años
fueron difíciles, por carencias económicas y por problemas de salud. Tenía una
anormal sensibilidad al frío. A fines de febrero de 1937 fue ingresado a un
hospital y el 15 de marzo, a los 46 años de edad, murió de un cáncer
intestinal. Murió siendo casi un desconocido, y sus obras no le aportaron
dinero. El autor murió, pero su fama apenas estaba por comenzar.
Entre
los escritores que fueron amigos y colaboradores de HPL, aunque sólo fuera por
carta, estaba August Derleth, y él y algunos otros autores formaron lo que se
llamó el Círculo de Lovecraft. Algunos de ellos escribieron textos muy cercanos
al universo lovecraftiano, y utilizaron los nombres de supuestos libros
antiguos, inventados por Lovecraft para sus cuentos, e incluso inventaron
otros. Lovecraft alentaba eso, le gustaba. Y no sólo crearon los nombres de
esos libros, sino también los de algunas de las criaturas monstruosas que
habitan ese universo, criaturas enormes y poderosas que son como dioses
cósmicos. De hecho, al género en el que se inserta la literatura de Lovecraft
se le llama terror cósmico.
August
Derleth terminó algunos textos que dejó inconclusos Lovecraft al morir, y creó
una editorial, la Arkham House —que lleva el nombre de un pueblo inventado por
Lovecraft para algunos de sus relatos—, en donde comenzó a publicar, en formato
de libro, los cuentos de Lovecraft disperos en revistas. Publicó también los
cuentos de los demás autores del Círculo Lovecraft, sobre todo los cuentos que
forman parte del mismo universo narrativo, al que en general se le denomina Los
mitos de Cthulhu (Cthulhu: su pronunciación queda abierta a discusión,
sobre todo en inglés).
Stephen
King cataloga a Lovecraft como «el príncipe oscuro y barroco de la historia del
horror del siglo XX». Y la importantísima escritora norteamericana Joyce Carol
Oates, aunque quizá no guste demasiado de la obra de Lovecraft, reconoce que ha
ejercido «una influencia incalculable sobre sucesivas generaciones de
escritores de ficción terrorífica». Por su parte, el novelista francés Michel
Houellebecq (que ha escrito sobre la vida y la obra de este autor) declaró: «Yo
descubrí a H.P.Lovecraft a los dieciséis años gracias a un amigo. Como impacto,
fue de los fuertes. No sabía que la literatura podía hacer eso».
Si
bien el racismo de Lovecraft —algunos comentarios malintencionados aparecen
incluso en sus relatos— es detestable y ridículo, no hay duda de que sus
narraciones, por lo menos algunas de ellas, son interesantísimas y fascinantes.
Así que la obra de Lovecraft merece ser explorada, leída, disfrutada, y
obviamente también analizada.
Hay
que señalar que los relatos de Lovecraft no fueron escritos específicamente
para jóvenes, pero los jóvenes son quizá los mayores consumidores de literatura
de terror, además, con el paso de los años (en 2017 se conmemora el aniversario
número ochenta de la muerte de Lovecraft) su obra permeó la cultura popular,
sobre todo en los países de habla inglesa. Ahora hay incluso libros para niños
con cuentos de Lovecraft, y en los Estados Unidos, por increíbel que parezca,
hay un libro para que los niños pequeños aprendan sus primeras letras con los
elementos y los personajes de los Mitos de Cthulhu, llamado Baby's First
Mythos. Sus creadores son CJ y Erica Henderson. Erica Henserson dice (en
una entrevista aparecida en el diario The Guardian) que la primera
edición la hicieron más como una novedad para adultos, pero que luego se
enteraron de que en efecto había padres que lo estaban utilizando para enseñar
el ABC y los primeros números a sus bebés. Y dice: «Creo que a la gente le
gusta cuando el terror es subvertido».
Hay
mucho que comentar de Lovecraft y bastantes libros que recomendarles, y lo haremos
en próximas entradas, por lo pronto mi recomendación es que consigan lo que
puedan de este autor y lo lean. De preferencia de día... si pretenden conciliar
el sueño en la noche.